No pensaba escribir nada de este tema, salvando así las distancias con el antiguo Punto de Vista y Foliada al puro estilo De LaCroix, pero tras una temporada llena de emociones y homenajes, Drag Race España merece volver a ser portada del medio.

La temporada cuarta de Drag Race España ha llegado esta tarde a las 20 horas en España a su fin. Y es que tras 12 reinas, más dé dos meses y mucho, pero que mucho arte, Le Cocó se alzó con la corona tras una reñida batalla contra La Bella Vampi (antes Vampirashian).
Chloe Vittu, Le Cocó y Vampirashian llegaron a esta última entrega como finalistas de la edición. Las tres mostraron sus dotes artísticas sobre el escenario con un gran número musical que fue valorado por el jurado del programa y por Alyssa Edwards, ganadora del primer ‘RuPaul’s Drag Race: Global All Stars’. Finalmente, solo Le Cocó y Vampirashian llegaron hasta el ‘lipsync’ final en el que se enfrentaron con la canción ‘Va todo al ganador’.
El triunfo de Le Cocó no solo refleja su carisma, singularidad, valor y talento —los valores que RuPaul popularizó en el formato original—, sino también la evolución del arte drag como herramienta de expresión y resistencia. Durante las semanas que duró la competición, cada una de las 12 reinas participantes nos ofreció no solo vestuarios deslumbrantes y actuaciones impecables, sino también historias personales cargadas de lucha y reivindicación.
Pero no venimos a hablar de Le Cocó ni de sus compañeras. Venimos a hablar sobre la importante labor que ha hecho esta temporada en la historia del colectivo LGTBIQ en España. Y es que, durante toda la temporada, han habido homenajes a esas Eternas -sobre todo a las folclóricas que apoyaban a ese colectivo silenciado. Además, su make over fue muy renovador. Ya no tenían que dragear a alguien que no lo había hecho nunca, sino que ellas se tenían que travestir. Así es como conocimos las historias de Sergio Satanassa, La Otxoa, La Patrick, Manel Dalgó y Dolly Drag, 5 travestis que fueron las madres y Chloe Vittu, Mariana Stars, Le Cocó, Vampirashian y La Niña del Antro tuvieron que inspirarse en ellas para convertirse en sus hijas Drag. Además de que actuaron las diez artistas haciendo un lipsync de la canción ‘Liberate’, de El Titi.
En la gran GRAN final no iban a ser menos, y es que, para amenizar a que las dos superfinalistas estuviesen preparadas, las antiguas reinas interpretaron la canción final del musical Eternas; y además pusieron un video donde homenajeaban a esas travestis. Tras terminar esa performance las 5 protagonistas del makeover se levantaron y una de ellas dijo una frase que ha quedado guardado para la memoria colectiva y que da titula a este artículo: «Nuestras ostias son vuestros maquillajes».

La frase no es solo una declaración, sino un recordatorio del precio que muchas de estas artistas pagaron en un tiempo donde ser visible significaba enfrentarse al rechazo, la violencia y la marginación. Las «ostias» simbolizan las dificultades y agresiones que soportaron, mientras que los «maquillajes» son la evolución de ese sufrimiento en un arte lleno de belleza, libertad y expresión.
Hoy, gracias a ellas, el drag y el transformismo son más visibles y aceptados que nunca, y espectáculos como Drag Race España son posibles. Esta frase es un testimonio del legado de las generaciones anteriores y una invitación a no olvidar las raíces de un movimiento que, más allá del entretenimiento, ha sido una forma de resistencia cultural.
La final de Drag Race España nos dejó mucho más que un espectáculo visual: fue un recordatorio de que el drag no se trata solo de brillos y glamour, sino de la historia, el activismo y las personas que hicieron posible que hoy exista un espacio para celebrarlo.
Con la victoria de Le Cocó y las palabras inmortales de las travestis homenajeadas, esta temporada termina siendo un testimonio de cómo el pasado y el presente pueden unirse para crear un futuro aún más diverso y brillante.
Porque, como dijeron esas travestis, sus «ostias» se convirtieron en el arte que hoy seguimos celebrando.
