La nominación al Oscar de Karla Sofía Gascón, la primera mujer trans en competir en la categoría de Mejor Actriz Protagonista, se ha visto eclipsada por la revelación de antiguos tuits en los que la actriz expresa comentarios racistas e islamófobos. La controversia ha sido inmediata, con condenas a sus declaraciones y un aluvión de críticas en redes. Sin embargo, entre la indignación legítima por sus palabras, también ha surgido otra cuestión: ¿hasta qué punto la severidad de su cancelación está influenciada por la transfobia?
Los tuits que desataron la crisis
Los mensajes, publicados entre 2015 y 2020, han sido rescatados y expuestos por la escritora y guionista Sarah Hagi. En ellos, Gascón llega a referirse a George Floyd como un “drogata estafador” y expresa opiniones islamófobas como:
“Cuántas veces más la historia tendrá que expulsar a los moros de España… todavía no nos hemos dado cuenta de lo que significa esta amenaza de civilizaciones”.
Además, publicó comentarios satíricos sobre la vacuna china y comparó el islam con el nazismo en términos de impacto en la humanidad.
Tras el estallido de la polémica, la actriz emitió un comunicado en el que reconoció el dolor causado por sus palabras y afirmó que su intención siempre ha sido luchar por un mundo mejor.
El peso de la transfobia en la cancelación
Las críticas a los tuits de Gascón son justificadas: sus comentarios fueron ofensivos y están en contradicción con los valores de inclusión y diversidad que el cine y la sociedad buscan promover. No obstante, la virulencia de la reacción también ha llamado la atención de varias voces dentro del activismo LGTBI+.
Laura Weissmahr, Goya a Mejor Actriz Revelación, señala a la ola de conservadurismo ultra que arrasa EE. UU. como razón de fondo:
“Fue muy patosa y deja mucho que desear haber publicado esos tuits. ¿Pero ahora mismo crees que una mujer trans puede ganar un Oscar? Algo tenían que buscar. Hay hombres heteros blancos que estarán en esa gala con un pasado mucho peor. Yo creo que hay mucho de transfobia”
Asimismo, organizaciones LGTBI+ han señalado que, si bien los comentarios de Gascón merecen condena, la rapidez y el nivel de agresión en su contra reflejan un sesgo transfóbico que no se ha visto con la misma intensidad en otros casos de actores con antecedentes similares.
Doble rasero en la cultura de la cancelación
El caso de Gascón recuerda a otros episodios en los que figuras públicas han enfrentado cancelaciones por declaraciones ofensivas. Sin embargo, la historia muestra que no todas las cancelaciones son iguales.
Algunas figuras del cine y la música han mantenido sus carreras a pesar de haber realizado comentarios racistas, misóginos o homófobos en el pasado. En contraste, el rechazo a Gascón ha sido inmediato y ha puesto en riesgo su participación en la temporada de premios, un hecho que lleva a preguntarse si su identidad trans ha amplificado la reacción negativa.
Si bien es necesario exigir responsabilidad a quienes hacen declaraciones ofensivas, también es fundamental asegurarse de que la cancelación no se convierta en una herramienta desproporcionada cuando se trata de una persona trans.
¿Qué sigue para Gascón?
A medida que se acerca la gala de los Oscar, la pregunta sigue en el aire: ¿este escándalo afectará su candidatura? Más allá de su carrera, el caso de Karla Sofía Gascón deja un debate abierto sobre la manera en que la sociedad trata a las figuras públicas trans y si la cultura de la cancelación opera con los mismos estándares para todas las personas.
Es posible condenar las palabras de Gascón sin caer en un linchamiento mediático que, más allá de su responsabilidad individual, refuerce la discriminación estructural contra las personas trans. Al final, este caso no solo habla de unos tuits desafortunados, sino de los prejuicios que siguen marcando la vida pública de quienes desafían las normas de género establecidas.