
Este 2025, Melody ha sorprendido con Esa diva, una canción que, aunque es de reciente lanzamiento, ya se ha convertido en un himno para los fans de la artista sevillana. Ahora, meses después, RTVE ha decidido cambiar esta pieza con una versión renovada que no solo moderniza su sonido, sino que la convierte en la apuesta española para Eurovisión. Pero la pregunta que muchos se hacen es: ¿era realmente necesario?
La nueva versión de Esa diva, producida por Rick Parkhouse y George Tizzar de Red Triangle Records, apuesta por una base electrónica y un ritmo que crece progresivamente, destacando la potencia vocal y la interpretación de Melody. Además, el arreglo de la parte clásica española ha sido desarrollado por Guillem Vila Borras, productor valenciano afincado en Noruega, lo que añade un matiz internacional sin perder su esencia española. Esta producción refuerza la ambición de RTVE de conquistar el mercado europeo con un sonido moderno y competitivo.
Otro punto fuerte de esta versión es su videoclip, dirigido por Mario Ruiz, responsable también de la dirección artística de la candidatura española en Eurovisión. En él, se contraponen el glamour de las estrellas de cine clásico con la imagen de una diva moderna y cotidiana, reforzando el mensaje de empoderamiento de la canción. “Es una canción para que nos sintamos representados porque todos y todas podemos ser Esa diva en nuestro día a día”, ha declarado Melody sobre su propuesta eurovisiva.
A nivel de competición, la nueva versión de Esa diva ya ha tenido un impacto en las apuestas. Antes del estreno del videoclip y el revamp, España se encontraba en el puesto 32 de 37, con menos de un 1 % de posibilidades de ganar Eurovisión 2025. Sin embargo, tras la publicación de la versión definitiva, Melody ha subido una posición, situándose en el puesto 31. Aunque el margen de mejora es grande, este pequeño avance indica que la candidatura española está empezando a generar más atención.
En definitiva, la nueva Esa diva es una apuesta arriesgada pero bien estructurada. Para algunos, es un acierto refrescante que permite redescubrir a Melody con una estética contemporánea; para otros, podría parecer un movimiento calculado dentro de la maquinaria eurovisiva. Sin embargo, lo que está claro es que esta versión ha nacido con una misión: brillar en Basilea y hacer historia para España en Eurovisión. ¿Lo conseguirá? Solo el tiempo y el voto del público lo dirán.